miércoles, 4 de agosto de 2010

Festejos Bicentenarios

El zócalo a dos días de que los festejos del mes patrio alcancen su clímax con la ceremonia del grito, ya revienta de visitantes atraídos por la difusión otorgada al espectáculo de multimedia diseñado para reforzar el ya tan devaluado ímpetu nacionalista; esencialmente el de la masa poblacional que por machos o muchos conviene a los supuestos representantes de la paz y justicia. La oferta de artículos explotadores de bolsillos patrios es cada vez mas amplia y caprichosa. De entre la multitud ya escapan leves cacaros y chiflidos por los 25 minutos de retraso; el aplazamiento de los horarios, la subjetividad del tiempo ajeno, la elasticidad del reloj, desde antaño prevalecen cual costumbres dentro del perfil nacional. El espectáculo comienza cuando en las enormes pantallas instaladas sobre la atestada plancha de cemento, aparecen imágenes de distintas personalidades reconocidas por la sociedad mexicana, exponiendo en cortos mensajes el porque de su amor al país; todos comienzan con la frase ¡yo amo a México!

¡yo amo a México! por su gente que nunca se raja,

¡yo amo a México! por su colorido folclore,

¡yo amo a México! por su variedad gastronómica,

¡yo amo a México! por sus bellas playas,

¡yo amo a México! por su enjundia y coraje,

¡yo amo a México! por su hospitalidad,

¡yo amo a México! por sus fiestas y celebraciones,

¡yo amo a México! por sus raíces é historia,

¡yo amo a México! por ser un pueblo que siempre se levanta,

y así, famoso tras famoso, felices de aprovechar esa gran oferta de promoción personal, dan sus discursillos por un buen rato para calentar motores.

Dentro de mi, nuevamente explota ese coraje, el mismo sentir arrollador, acometedor en millones de mexicanos, presentándose monstruoso cada vez que se lee o escucha las declaraciones de algún jijo de la chingada que justifica con mamadas el dinero que recibe por servir a su país; Ese ¡pinche coraje! de saberte gobernado por una escala política totalmente contaminada y despiadadamente contaminante, resignarte a que individuos imputados por abuso de poder, robo, asesinato, estupro, y muchas otras chingaderas mas, en lugar de castigo, continúen recibiendo jugosos salarios, hasta con protección incluida.

Después de los ya tan trillados y vacíos mensajes, el espectáculo continúa, proyectando sobre finos chorros ascendentes de agua, imágenes de los personajes que se nos han impuesto desde la educación básica como las identidades forjadoras de nuestro presente liberal, esas que continuamente se usan como arma manipuladora.

Recientemente, Felipe Calderón y otros dirigentes políticos, tacharon rotundamente que el pueblo hondureño utilizara la fuerza física para cambiar de administración, argumentando que no es la forma de entendimiento adecuada entre la sociedad civil y el poder gubernamental; mas, eso reprobado ¿no es lo aplaudido a nuestros héroes patrios: guiar en lucha a un pueblo harto del abuso por parte de gobiernos que solo actúan en pro de intereses personales y partidistas? Si se actuara literalmente conforme al ejemplo heredado por el caudillaje nacional, en lugar de festejos, tendríamos otra guerra.

Finalizando el eterno uso de Miguel y Benito con sus respectivos equipos para hipnotizar al individuo Mexicano, el agua cesa y las proyecciones se trasladan a los muros del Palacio nacional, una vez ahí, la presentación adopta diferentes motivos visuales y el proyecto multimedia se demuestra espectacular.

Mas el coraje interno continúa como sembrado con raíces de metal oxidado en mis entrañas; me veo dentro de la multitud y observo individualmente los rostros alrededor… ¿Esto es lo que merecemos?…¡Sí! -Me respondo- cada pueblo tiene el gobierno que se merece, y esto, es solo otra politicada mas, a sabiendas que funcionará, pues su realización es pagada por la conveniencia del poder a mentes especializadas en la manipulación y el impacto social.

¿Cuándo se podrá decir: Viva ó amo a México por la seguridad en sus calles, por su atención médica al ciudadano y en especial a enfermos sin recursos, por sus exitosos programas laborales, por no existir la necesidad de mendigar o jugarse la vida emigrando ilegalmente, por no tener fuga de cerebros, por no haber robos ni secuestros, por no tener una infecta burocracia, por no tener perros y animales maltratados regados por todo el territorio, por la gran educación impartida en sus aulas públicas, por sus leyes ejercidas en favor de una justicia sana, incorruptible y que resuelve sin favoritismos, por su idiosincrasia abierta que no reprueba preferencias sexuales o religiosas distintas unas a otras?… ¿Cuándo?…